La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír George Orwell
La presentadora Patricia Conde. Fuente: FormulaTV
La polémica entre el ya extinguido programa “Se lo qué hicisteis” y Telecinco parecía enterrada desde hace mucho tiempo. No obstante, el 14 de febrero, el Tribunal Supremo desestimaba a la televisión de La Sexta el último recurso que había presentado, para demostrar el uso justificado de las imágenes de la cadena de Silvio Berlusconi.
Todo empezó cuando, en 2008, en el programa presentado por Patricia Conde y el humorista, Ángel Martín, recibieron la noticia de una demanda por parte del grupo italiano, que entendía una infracción en la Ley de Propiedad Intelectual. El programa de sobremesa basaba su mecánica en reciclar recursos de otros para comentar los últimos sucesos en el panorama televisivo. La cadena de Fuencarral no toleraba que su contenido se hiciese en fin a lo que ellos entendían una campaña de acoso y derribo contra la entidad , por lo que acudió a los juzgados para que La Sexta no pudiese emitir ninguna de sus imágenes.
Sede de Telecinco. Fuente: Mediaset
Pese a la decisión firme e irrevocble de la justicia, ¿ Es esta una medida coherente ? ¿ Acaso el programa SLQH trataba simplemente de ser crítico y dar su visión acerca de lo que ahora es un circo mediático? Es triste que ni los programas de humor, es decir, aquellos que se encargan de sacarnos una sonrisa cada día a pesar de todo, tengan un mínimo margen y, que en cambio, la mayor parte cuota de pantalla la ocupe quien ya sabemos. Con esto, además de una actitud intolerante, Telecinco demuestra que incluso ellos mismos no se enorgullecen del tipo de periodismo ( perdón por la infravaloracíon del término) que practican.
El equipo de SLQH. Fuente: LaSexta
No deja de ser paradójico la línea hipócrita de la empresa dirigida por Paolo Vasile. Una televisión donde sus programas “estrella” se alimentan constantemente ( y se lucran ) de imágenes de terceros prohíbe a un programa de humor que refleje el tipo de prácticas que lleva a cabo.
Una hipocresía que lamentablemente se sigue premiando día tras día, tal como reflejan las audiencias.
Microdixit 