Huérfanos

Hi ha gent a qui no agrada que es parle, s’escriga o es pense en català. És la mateixa gent a qui no els agrada que es parle, s’escriga o es pense.

Ovidi Montllor

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Mi prima a veces no entiende a su abuela cuando le habla en valenciano. Mi prima no es capaz de entender a su abuela en la lengua que su abuela, pese a todo, contra todo, siempre ha hablado. Mi prima está condenada a escuchar un «te quiero» traducido de un «t’estime».

Mi prima también está condenada a leer versiones traducidas de poemas de Vicent Andrés Estellés, de Espriu, de Miquel Martí i Pol. A buscar las letras de canciones de Ovidi Montllor, de Serrat, de Llach, de Obrint Pas. A  desconocer a Mercé Rodoleda, Ferrán Torrent, Quim Monzó, a Joan Fuster.  A mi prima nunca se le podrán los pelos de punta al escuchar L’estaca. Mi prima no recordará con nostalgia «La lluna, la pruna». Mi prima no puede entender al 30% de sus vecinos.

Y lo peor es que no es su culpa. La culpa de que mi prima desconozca la lengua de su tierra, que sea incapaz de comunicarse en la lengua que hablaron sus padres, sus abuelos, sus bisabuelos… no es suya. Es culpa de unas políticas lingüísticas que tienen más de política que de lingüística. Y si antes era doloroso ahora va a ser peor. Si el año pasado ya 125.953 alumnos se quedaron sin poder escolarizarse en valenciano ahora las garantías son mínimas. Se lleva lo vintage y Wert ha decidido apostar por una ley que recuerda demasiado al pasado. El Catalán, el Gallego y el Vasco pasan a ser las 4º lenguas del sistema educativo. La lengua que utilizas hasta para ir a comprar el pan ahora será una asignatura optativa.

Wert intenta abrir más una brecha, destruir una herramienta de cohesión tan importante como es la lengua. Wert trata de pisotear aún más patrimonio que miles de personas se esfuerzan por conservar día a día en una pequeña revolución cotidiana, porque si la lengua se queda en lo oral, si no se enseña a leer y a escribir, se perderá. Y con ella, nosotros.

Vendrán generaciones condenadas a no entender a sus propias madres. Generaciones huérfanas de su propia cultura.

Carmen Torreblanca

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3 Respuestas a “Huérfanos

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  2. Tu prima no puede o no quiere aprender otro idioma. Tal como lo planteas parece ser que la escuela es el unico lugar donde imparten ese idioma.
    A mi me gustaria que mi hijo le dieran aleman en la escuela, que es la lengua de su madre, pero como mi mujer no es un florero con media neurona, pues ella misma le enseña.
    Cuando tu prima quiera montar en bici tambien te quejaras que en educacion fisica no le enseñan a montar en bici?

  3. Ovidi….déjalo. El idioma es importante pero no es una tragedia.
    Los nacionalistas y los religiosos siempre recurris al dogma cuando no podeis convencer. Que cada uno hable lo que le de la gana. Mi suegra era brasileña y nos entendíamos perfectamente. Soy euskaldun y no me mato por el idioma.dejad de politizar. necesitamos trabajo, casas, educación, sanidad…y da igual en que idioma. Wert es un desesperado al que le damos demasiada importancia. él pasará y las lenguas permanecerán. pero ninguna a la fuerza. Nosotros decidimos cuando hablamos.

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